Acerca de

Reinventarme para adaptarme y sobrevivir, con la mejor calidad de vida posible, una y otra vez

Para lograrlo, descubro que la creatividad y las artes como la poesía, la prosa, el arte de contar historias, la música, el canto, la danza, la comedia, tragedia y mímica teatral, así como las artes visuales son caminos de libertad ilimitada y conexión muy profunda conmigo y con el Todo. Que al practicarles me dan la posibilidad de experimentar el silencio mental, la plenitud, el gozo, y por tanto la salud, psico-emocional y física.

Acerca de fátima del mar

Influencias y curiosidades del baúl

Antes de que se me olvide...

Infancia

Nací en la ciudad y puerto de Veracruz, la más cosmopolita de la región de Sotavento (donde azotan los vientos). Allí, ciudad y mar conviven como parte de un mismo escenario. Y la poesía, la danza, el canto y la música tradicional, afroantillana y del trópico son parte del ruido de fondo. Los colores son claros, vivaces, manifestación de la algarabía característica de la cultura jarocha.

Mi abuela paterna decide leerme poesía de los grandes poetas iberoamericanos en vez de cuentos para dormir, del libro Declamador sin maestro, entre otros. Me enseña a memorizar, mediante repetición, el poema A Margarita Debaile, del poeta, periodista y diplomático nicaragüense, Rubén Darío.

Doy mi primer recital de ballet. Mi abuela insiste en que yo presente una pieza como solista. Es la primera vez que me presento en un teatro y, oviamente, no recordé la coreografía y dancé lo que yo quise. Al parecer, mi primera improvisación.

Inicio mi educación formal y entran la monjas en mi mapa. Junto a los aromas del copal, la mirra y del humeante pabilo del cirio pascual, van los cantos gregorianos de misa cantada y una que otra canción del Top 10 del rock & roll y del pop en inglés, cuya letra fue modificada hacia temas de alabanza y devoción religiosa, en español. 

En esta etapa, a la par que las canciones de Cri-Cri, la Fantasía de Walt Disney, la música y el ballet clásicos, también llegan (a manera de cuento), las travesías y pasajes bíblicos del antiguo y nuevo testamento, así como las múltiples leyendas urbanas. Todo ello sobrecargado de pensamiento mágico.

Llega el primer homo sapiens a la luna (o al menos eso nos contaron). La raza humana nuevamente se percata del alcance de su inteligencia, y por primera vez, se da cuenta que sus límites no se reducen al planeta Tierra.

Mi abuela paterna sigue leyéndome poesía. Esto me sensibiliza al ritmo, la métrica y la rima de los versos, lo que me permite disfrutar al máximo la décima espinela de la versada jarocha, que además de su exigente estructura, es creativa y pícara.

Aunque desde el 57 inicia la era espacial y desde el 62 fue creada la serie, la caricatura de Los Supersónicos cobra mayor fuerza, pues todas las posibilidades futuristas que presentaba, por primera vez, eran creíbles. Tres décadas después, Steve Jobs y demás tecnócratas, las harían realidad casi en su totalidad. Entre ellas, la computadora en la que escribo, la plataforma en la que está ubicado este sitio y las que promueven y hacen posible que adquieras mi obra.

 

Cambio de residencia hacia Ciudad Madero, capital petrolera del país ubicada en la zona metropolitana de Tampico, al sur de la región huasteca del Estado de Tamaulipas, en la costa del noreste de México. Por su historia, la influencia inglesa y norteamericana heredan un clasismo extremo y un consecuente desdeño por lo tradicional. Es el lugar de los clubes y los sindicatos. ¡Adiós algarabía de fondo! Los colores se tornan algo serios, y se vislumbra una gran cantidad de peróxido en el cabello femenino, y demasiadas barras y estrellas en las costumbres y cultura en general. Dejamos de pedir la rama de casa en casa a mediados de diciembre, al son de “Naranjas y limas, limas y limones, más linda es la Virgen que todas las flores”, y lo cambiamos por ¡Trick or treat or Halloween!, el día último de cada octubre, acompañado de divertidos disfraces de brujas, monstruos y fantasmitas.

Fue un cambio que, ahora entiendo, representó un duelo del que no sané hasta 25 años después, cuando la vida me llevó hacia la cultura huasteca y su huapango. Por mientras, tuve que vivir todo ese tiempo sin versadas, ni jaranas, ni arpa, ni zapateado, ni percusiones de la música tradicional jarocha y de la influencia cubana. Sin la alegría de la música de fondo de mi tierra. Y eso dolió.

Aprendo a tocar guitarra y retomo las clases de ballet clásico por tres años. En este período, que termina al iniciar la escuela secundaria, también me integro a un grupo de teatro infantil en el que aprendo mímica, creación y realización de teatro guiñol, así como múltiples técnicas de expresión y manejo del lenguaje que, a través del juego, me permitían pasar muy divertida tres tardes cada semana. Fue la primera vez que me presenté y fui protagonista en un teatro lleno de adultos, sin equivocarme ni tropezar hasta caer. Es en este tiempo cuando veo por primera vez un grupo de teatro formado por adultos y sus artes escénicas, un estudio y una exposición de artes plásticas. Así como la puesta en escena de una obra subversiva de danza contemporánea, donde yo era una de las bailarinas más jóvenes. La obra se titulaba Santa María de Iquique, y narraba eventos dramáticos e históricos de injusticia social, sucedidos a principios del siglo XX, que detonaron el movimiento laboral chileno. Yo, danzando y expresando todo aquello, con tan sólo doce añitos de edad.

Juventud

Entro en “la edad de la punzada”, ¡Y me da con todo!… Empiezo a cuestionarme la autoridad y las intenciones ocultas en cada uno de los estilos de liderazgo que me rodean. Empiezo a decir ¡No al abuso!… para mí o para otros.

Mi siempre amada maestra de literatura, comparte y detona pasión por la lectura. Llegan los dramaturgos clásicos, modernos y los máximos exponentes de la literatura iberoamericana contemporánea.

Entro al bachillerato de instrucción jesuita. La religión deja de ser percibida como un medio de juicio y castigo, para dar lugar a un panorama que invita al cuestionamiento, reflexión, comprensión y descernimiento. Los objetivos: buscar la verdad, amar y servir, soltarse de la orilla e internarse en lo profundo del mar de la conciencia personal y social. Llegan a mi vida los cantautores de trova cubana y canto nuevo, así como algunas lecturas clandestinas de autores catalogados como terroristas por el corrupto, abusivo y negligente gobierno en turno. Elijo no ser guerrillera, aunque reitero mi compromiso con el servicio a los demás.

Junto a las lecturas de los clásicos de la filosofía y la ética, llegan Marx y Engels, así como Dostoyevski, Kafka, Taylor Caldwell, Cronin y algunos otros exponentes de la literatura universal.

Viajo al norte hacia la frontera de Estados Unidos y Canadá, y por primera vez puedo ver el contraste entre el sur y el norte del vecino país, así como la asombrosa cultura social canadiense.

Termino el bachillerato, y al no cumplir con mi intención infantil de ser doctora, mi padre protector se rehúsa a pagar mi matrícula en la Universidad de Psicología. Suponía que con esa profesión yo moriría de hambre, por la poca demanda del servicio psicoterapéutico en el México de aquellos tiempos. Por ello inicio en mi primer trabajo formal, para ahorrar y pagar mi propia carrera profesional. Al fin puedo aplicar mi carrera técnica de secretaria con especialidad en taquimecanografía y archivonomía, y paso en menos de un mes, de secretaria de auditores externos a ejecutiva de préstamos hipotecarios en una de las más prestigiosas instituciones bancarias del país. El gobierno nacionaliza la banca y continúa con su interminable devaluación de la moneda.

Después de un año, y ante mi apego a mi plan, mi padre decide apoyarme y pagar la matrícula en la carrera profesional de mi elección. Yo hago un acuerdo con mamá: seguiré ahorrando la mitad de mi salario, y la otra mitad la utilizaré en mi calzado, vestido y gastos sociales. Así ellos ya no tendrán que gastar en eso.

Siendo una humanista de hueso colorado, inicié la carrera de Psicología en una escuela de orientación conductista, y aunque mis calificaciones eran excelentes, mi sensación permanente era de insuficiencia. Tuve maestros apasionados con el estudio de la conducta humana, con los que entablé acaloradas e interesantes discusiones: humanismo vs conductismo. Y al final, yo tenía razón. Algunos años después llega a mi vida la Psicoterapia Gestalt, donde todas las escuelas del pensamiento psicológico, y algunas otras técnicas alternativas, convergen y se complementan. Y fue entonces que encontré todo lo que me hacía falta, al menos en ese tema.

Viajo con un grupo de la universidad a La Habana, Cuba, por un Simposio Internacional de Salud Mental. Más que otra cosa, yo me dedico, durante esa semana, a conocer la realidad de comunismo cubano. Me sorprende tanta manipulación en el decir e incongruencia en el hacer, por parte del gobierno castrista. Me sorprende que las personas peor tratadas en Cuba son los cubanos. Conozco y visito al padre del Che Guevara y puedo comentar detalles de su libro Mi hijo El Che, que yo había leído algunos meses antes.

Cambio de residencia hacia la ciudad más poblada del mundo: la Ciudad de México. Con 26 millones de habitantes, me recibe con su cultura patológicamente competitiva en la jungla de asfalto. Aprendo su idioma (caló chilango), y me entero que verbo mata a carita, billete mata a verbo, pero gandalla mata todo. Sin embargo, así como conocí un sinfín de personas deshonestas y brabuconas, también coincidí con verdaderos ángeles humanos, que me arroparon y protegieron bajo sus compasivas alas. De todo hay en todos lados, y el bien y el mal danzan en sincronía perfecta. Por primera vez en mi vida era totalmente autodependiente, aunque todavía faltaba mucho camino para lograr ser emocionalmente independiente. Los colores se tornan cambiantes, vivaces y seductores.

Primer terremoto del famoso 19 de septiembre. Devastación, horror, muerte, miedo y dolor por todos lados. En el primer día, ante la inesperada situación, la vida me lleva a coordinar el centro de acopio de la delegación donde yo vivía, con tan sólo 21 años de edad. Llegaban alimentos de todo tipo, normales y especiales, ropa, medicamentos e insumos de salud, emergencia y pasantía. Las personas llegaban a ofrecer lo que se requería, fuera producto o servicio. Había brigadas de jóvenes y adultos rescatando a personas atrapadas en sus casas. Otros, facilitaban la vialidad. Y por primera vez desde mi llegada a la capital (siete meses atrás), no escuché ningún recordatorio a la progenitora de nadie. Todos eran amables y agradecidos. ¡Estábamos vivos!… Ese día la maldad no fue requerida. Los caballeros águila y el jaguar guardaron sus armas. Tenochtitlán sangraba, y la compasión se hizo presente, abrazando el corazón azteca. En el segundo día, el de la secuela, apoyé la coordinación de un centro de damnificados. Durante esos días y noches, fue la primera vez que pude reconocer la generosidad incansable de mi corazón. Mi estilo y capacidad de liderazgo en su máxima expresión. Y pude sentir, al máximo, todo de lo que es capaz el corazón humano cuando suelta el miedo y se vuelve uno con los demás. También pude observar la corta duración de ese estado de gracia cuando la unidad es gregaria. Es decir, cuando sólo aparece ante la emergencia. Quizás por eso Tenochtitlán, y cada vez más territorio mexicano, sigue temblando. Creo que Pachamama nos está llamando la atención, y no hemos sabido comprender su mensaje.

Ante mis planes de boda (que cancelo al terminar el año), viajo al Estado de Chiapas, al suroeste del país, y conozco la cultura y organización social vigente en la selva lacandona. Me quedo impactada ante el nepotismo y la injusticia social tan extrema en el campo mexicano.

Entro al mundo de la producción, dirección y locución de radio y TV y me certifico como tal. Mi mentor, Director de Producción en la XEW, me invita a hacerme cargo del puesto de Relaciones Públicas y me asigna el programa Querer es Poder, coincidiendo con los 60 años de la galardonada estación, por lo que tengo la oportunidad de entrevistar y conocer los más pequeños detalles de la vida de los actores e intérpretes fundadores de la talla de Ofelia Guilmáin, Carmen Salinas, Miguel Aceves Mejía, Tito Guizar y un interminable etcétera. Es mi primera experiencia con la entrevista estructurada para llevar a las personas a los detalles de su pasado y al contacto con sus emociones.

Elijo ser madre soltera y decido regresar al núcleo familiar a casa de mis padres, para darle ese entorno de seguridad a mi bebé. Aunque todo era muy claro para mí, no era así para mi familia tradicional, por lo que hay un precio emocional muy alto a pagar por mi decisión. Entro en labor de parto 23 horas antes del nacimiento, que termina siendo cesárea. Llega quien desde entonces ha sido la alegría de mi vida y la estrella que guía mi camino: mi única hija, Mariam. Quien, desde entonces, ha sido una tremenda cómplice de nuestro mutuo crecimiento. Los colores se tornan luminosos.

Decido iniciar la Licenciatura en Contaduría Pública con especialidad Fiscal, y obtengo mi título tres años después, con mención honorífica y el más alto promedio en esa carrera, universidad y generación. Durante ese lapso, trabajo como locutora de radio y me convierto en la voz oficial del informe anual para la instancia gubernamental municipal, para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), en Tampico. Inicio mi entrenamiento en fitness.

Adultez

Establezco mi despacho ASEFISCO (Asesoría Fiscal y Contable), y a petición de mi hermana (doctora y empresaria), establezco una clínica de control de peso, de cuya franquicia ella era la Directora Médica. Yo me encargo de la contabilidad, las relaciones laborales y la capacitación, tanto del personal como de los clientes que iniciaban el tratamiento. Me preparé para ello, y fue mi primera vez como facilitadora y conferencista.

Después de tres años de ser los mejores amigos cómplices, y los posteriores dos años y medio de vivir juntos, contraigo nupcias con un catedrático universitario, licenciado en ciencias de la educación, comediante de stand up y cantautor de música tradicional jarocha y del caribe… Todo pintaba bien, hasta que ya no.

En la búsqueda de soluciones para mi relación de pareja, que ya presentaba incompatibilidades serias, comienzo las especialidades como coach en desarrollo humano y coach ontológico y de vida. Inicio en el Camino Rojo (el que tiene corazón), y la práctica quincenal del inipi, que es un temazcal de acuerdo con la tradición lakota-sioux y las naciones indígenas del norte. La psicomagia implícita en dicha tradición ha jugado un papel complementario a mi formación como profesional del comportamiento humano y las neurociencias. Sus rituales y ceremonias podrían considerarse técnicas alternativas a la Psicoterapia Gestalt, aunque su medicina va mucho más allá de lo estrictamente científico.

En mi vida profesional, tengo la oportunidad de trabajar en proyectos de clase mundial. Primero como subgerente nacional de desarrollo organizacional y capacitación, para una corporación internacional relacionada con la seguridad industrial. Y posteriormente, en los primeros pasos de la certificación del empleo en México, con base en competencias laborales. Asimismo, presenté ante las autoridades municipales y estatales, proyectos relacionados con el desarrollo turístico y de la cultura en el sur de Tamaulipas. Apoyé, con mis recursos personales y profesionales, y en la medida de mis posibilidades, al desarrollo cultural del centro histórico de Tampico y a la seguridad de la playa de Ciudad Madero.  Termino las especialidades en Desarrollo Humano y Ontología e inicio la de Psicoterapia Gestalt.

Irremediablemente, mi matrimonio llega a su fin.

Subo a la montaña y vivo la ceremonia lakota-sioux llamada hanblechia (Vision Quest), y recibo su revelación.

Conozco y aprendo las técnicas de meditación de los maestros Ishayas, denominadas de Ascensión, y recupero mi capacidad para dormir profundo y para cantar en tonos altos. Emprendo mi recuperación psico-emocional y física.

Inicia mi labor como asesora independiente, y posteriormente como coach personal de diversos participantes en campañas políticas estatales y locales de todos los colores. Muy interesante observar que eran las mismas áreas de mejora y los mismos comportamientos limitantes, sin importar la persona, el partido o la alineación política. A la par, inicio como facilitadora independiente para empresas e instituciones de todo tipo y tamaño. Creo mi empresa de Coaching y Consultoría.

Nuevamente cambio mi residencia. Ahora hacia Metepec, pueblo mágico vecino de Toluca, Estado de México. Viajaba diariamente 45 minutos hacia mi trabajo, ubicado en Lomas de Chapultepec, en la capital del país. Ahí creo la Dirección de Recursos Humano de una empresa de publicidad y medios. El siguiente proyecto fue de preparación como consultora de una herramienta de psicometría especializada, cuyo entrenamiento fue en Princeton, New Jersey. Me entreno en Coaching enfocado en soluciones.

Me certifico en una empresa administradora del ahorro para el retiro de los trabajadores (Afore), porque me daba la oportunidad de regresar a Tampico, ya que mi hija había decidido que no cursaría sus estudios universitarios en Ciudad de México y ya no quería estar más tiempo lejos de ella. Termino mi especialidad en Psicoterapia Gestalt y empiezo a ejercer como psicoterapeuta después de 10 años de mentoría y entrenamiento personal a nivel Doctorado.

La inseguridad social hace crisis en Tamaulipas. Decido ir por primera vez a la máxima ceremonia de las naciones indígenas del norte: la Danza del Sol. En esta ocasión en Big Mountain, Arizona, EUA. Recibo su revelación y mis plumas de líder de inipi, de acuerdo con la tradición lakota-sioux.

Madurez

Después de una larga enfermedad degenerativa, mi padre fallece. Realizo una alianza profesional con una firma de Recursos Humanos ubicada en Monterrey, con la que había trabajado años atrás. Cambio mi residencia hacia esa ciudad, capital del Estado de Nuevo León y del mundo corporativo e industrial en el norte del país. Realizo labores de Head Hunter especialista en alta gerencia y me entreno en una herramienta de psicometría especializada en el perfil de liderazgo.

Quizás por mi duelo aún en proceso de elaboración, por primera vez soy consciente de cómo me golpea la soledad y la lejanía. Me vuelvo a encontrar a los maestros Ishayas, en un espacio mágico llamado Casa Semilla, y retomo mi práctica grupal. Ahí también encuentro una gran cantidad de jóvenes millennials, en su mayoría veganos, con una profunda pasión por el desarrollo de su conciencia y el respeto por la naturaleza, que me arropan como si fuera uno más de ellos. Me integran a su proyecto mercados ecológicos y locales, como alternativa económica para el desarrollo sustentable.

Por fin, después de múltiples invitaciones previas sin éxito, asisto a la ceremonia del peyote. Para mi sorpresa y beneplácito, por primera vez coicide con la tradición lakota-sioux. Recibo su revelación.

Sigo trabajando, entrenando fitness, asistiendo al inipi quincenalmente y practicando diariamente la meditación con diversas técnicas. Desarrollo el material de mi libro Talenteando.

Regreso a Tampico y empiezo a estructurar, escribir y maquetar mis primeros libros para su publicación. Establezco los nombres de mis colecciones. Las editoriales no presentan posibilidades viables. Aparece la opción Amazon en un libro guía para escritores. Inicia mi estudio del tema.

Apoyo a mi hermano en la tradición lakota-sioux, para el arranque de su primer espacio para la ceremonia del inipi, el primero en el municipio de Altamira, Tamaulipas, México. Inicio como líder de inipi de mujeres en luna llena.

Asisto por primera vez a la ceremonia de la KIVA en Tampico Alto, Veracruz, México.

Sigo trabajando, ejercitándome y escribiendo.

Se cierra temporalmente la Danza del Sol en Big Mountain, Arizona, EUA. La opción se abre para México, de la célula tribal oglale-lakota en Ixtlán del Río, Nayarit, donde asisto a mi segunda Danza del Sol. Recibo su revelación.

Sigo trabajando, ejercitándome y escribiendo.

Me quedo en casa, ante la pandemia. Descubro, como muchos, la importancia de abrirme puertas electrónicas hacia el mundo de habla hispana, de tal forma que mis servicios profesionales y mi obra literaria, pudiese llegar al mayor número de personas. Reconozco mis grandes limitaciones en esos temas y me dispongo a estudiar todo lo necesario para diseñar y administrar mis sitios web, mis alianzas y mis ingresos en línea. Finalmente, después de un año intensivo de estudio, diseño el sitio para promover mis servicios profesionales.

Asisto por segunda vez a la ceremonia de la KIVA. En esta ocasión en Saltillo, Coahuila, México. Recibo su revelación.

Diseño la página que observas, y espero que disfrutes tanto como yo, para mostrar mi obra publicada a través de las diversas plataformas de Amazon.

Asisto por tercera vez en mi vida, y por primera vez en Saltillo, Coahuila, México, a la Danza del Sol. Recibo su revelación y regalos. 

Lanzo campaña publicitaria de las dos páginas, profesional y literaria. Así como de mis primeros tres libros. Inicio la colección Mujer Danzante.

Qué dicen mis lectores...

La palabra bien utilizada evoca belleza. Pero cuando esa palabra es producto de lo vivido, contiene una fuerza y provoca un impacto más allá de lo pensable.
Manuel Vela
Empresario