Flor que nutre al colibrí

Y entonces bajé mi vista hacia el suelo y ahí la descubrí… Una flor tan pequeña y al mismo tiempo tan perfecta. Con un perfil tan bajo para la arrogancia humana, y tan visible, única y proveedora; exclusiva para el ser que busca nutrirse de un especial alimento, sólo localizable en la pequeñez y en la humildad.